Hace 139 años el arqueólogo Marcelino Sanz de Sautuola y su pequeña hija descubrieron una de las obras maestras de la época prehistórica. Dentro de la Cueva de Altamira, en Cantábria, se encuentra una pintura rupestre que ha sobrevivido a los elementos desde la edad del paleolítico.
Google conmemora el descubrimiento con un simpático «doodle» en el cual se puede ver la animación de un bisonte que corre y se convierte en una de las imágenes icónicas de la Cueva de Altamira. Este sitio es patrimonio mundial de la UNESCO y durante años estuvo abierto al público. Sin embargo, para preservar las valiosas imágenes, ahora tiene normativas estrictas en cuanto a las visitas a la cueva original. Pero, se creó una réplica la cuál recibe hasta 250,000 personas al año.
Uno de los datos más interesantes en torno a la cueva y el descubrimiento de las pinturas rupestres es que fue descubierta por una niña de 8 años. El arqueólogo Marcelino Sanz de Sautuola visitó la cueva por primera vez solo. Según los datos, la recorrió en su totalidad, pero la famosa pintura pasó desapercibida. No fue sino hasta 1879, la segunda vez que visitó el sitio, acompañado de su hija María, que vio la pintura. María recorrió el sitio hasta llegar a una sala lateral y avistó los bisontes que cubrían casi toda la bóveda.
A pesar de las dificultades que tuvo para convencer a los expertos que las pinturas eran prehistóricas, en 1902 un artículo se reconoció el origen paleolítico de las imágenes. Para crear las pinturas utilizaron piedras afiladas que grababan la imagen en la pared. Machacaban rocas o carbón y lo mezclaban con grasa animal para fabricar la pintura.
Las pinturas de la Cueva de Altamira son uno de los grandes tesoros de la humanidad. Son la prueba de la inteligencia del ser humano y su creatividad desde los inicios. Es por eso que Google no dudó en hacerle homenaje en el aniversario de su descubrimiento, 24 de septiembre.