Una tradición que se ha fundado a lo largo de estos años, es el festejo del Bayern de Munich, que, como todos en Alemania ya bien saben, cada año se reúnen en el Oktoberfest para celebrar el juego ya sea que ganen o pierdan.

El Oktoberfest es una fiesta bávara que se celebra todos los años y que atrae a gente de todos los rincones de Europa y más allá. Todos los años se dispensan por lo menos 6 millones de litros de cerveza tanto fuera como dentro de las carpas del predio.

Como es de esperarse, los festejos del equipo tradicional de Munich están siempre empapados de cerveza. Sin embargo, esta vez fue esta bebida la que les arruinó la jornada a los mismísimos directivos del Bayern, Uli Hoeness y Karl-Heinz Rummenigge, quienes estaban sentados en las gradas disfrutando del partido hasta que un fan, enloquecido por el gol de Paco Alcácer que le concedió la victoria al Borussia Dortmund, lanzó una lluvia de cebada fermentada sobre estos dos directivos.

El momento fue captado por las cámaras del partido en video y las imágenes pronto trascendieron a las redes sociales, donde la ira de los hombres, que gritaban quejas y buscaban con la vista al culpable, se volvió motivo de risas para muchos fans.

“Siguiendo el gol de Paco Alcácer contra el Bayern ayer, un fan del Dortmund, sentado detrás de Uli Hoeness y Karl-Heinz Rummenige los bañó con cerveza. Un clásico”.

https://twitter.com/MHChehade/status/1061663069338779649

Así acompañaba un fan del equipo las imágenes compartidas vía Twitter que mostraban el momento exacto en que les arruinaban el partido a los ejecutivos.

Rummenigge y Hoeneß bañados en cerveza por los fans del Dortmund después del tercer gol.

Y es que, irónicamente, el Bayern tiene la costumbre de festejar sus triunfos con baños de cerveza. Pero claro, en un momento en que su equipo perdía, estos dos hombres no estaban con la mejor predisposición para bromas, y la inesperada ducha alcohólica no hizo mucho por mitigar la frustración que les habrá provocado el gol del español.

Por suerte para Rummenige y Hoeness, todavía tienen un año hasta el próximo Oktoberfest. Esperamos que para ese momento, sus ánimos estén más calmados y hayan olvidado el incidente.