Empacar todo e irse a vivir a otro país no es nada fácil. Es una de las decisiones más difíciles que una persona puede tomar. Significa dejar detrás todo lo que se ama como la familia, los amigos, el trabajo, un hogar, mascotas, amores, costumbres y comida. Pero, a pesar de las dificultades, cambiar de vida es una de las experiencias más emocionantes. Se dejan muchas cosas detrás y se cambias por cosas nuevas. Nuevos amigos, nuevo trabajo, nuevos amores, nueva casa, nuevas costumbres y nueva comida. Esto lo hace más fácil al principio porque todo lo que vemos es nuevo.
Sin embargo, la emoción no dura para siempre y una vez se instala la rutina hay cosas que no podemos evitar extrañar. Los latinos tenemos costumbres muy fuertes por lo que es normal que nos hagan falta ciertas cosas al irnos a vivir a otros países. Esta es una lista de aquello que extrañamos más al estar lejos de casa.
La hospitalidad latina
No es ningún secreto que los latinos son personas calurosas. Cuando van de visita a otra casa se sienten como realeza porque se encargan de atenderlos de la mejor manera. Los invitados están excusados de las actividades de limpieza, aunque siempre insisten ayudar. En general es un ambiente amigable, divertido y cómodo. Los latinos toman como misión personal hacer sentir a sus invitados como si estuvieran en su propia casa.
En cambio, fuera de nuestros países el sentido de hospitalidad es diferente. En muchos lugares del mundo no son tan abiertos como los latinos. Esto no quiere decir que sean groseros, solo es distinta la forma en que se reciben visitas. Ciertamente este es un aspecto que todo latino echa de menos al estar lejos de casa.
Los tacos en la calle
No son precisamente los tacos lo que extrañan todos los latinos que se mudan a ese país, pero, sí la comida. Es común ver puestos de comida en cada esquina y ese olor es único. No es lo mismo el olor de un hot dog de las calles de Nueva York que el olor de un buen taco al pastor. Además del olor, los típicos condimentos latinos son difíciles de reproducir. El chile, que acompaña todas las comidas, no es un ingrediente que se utilice en todos lados. Ni hablar de las tortillas, que son el acompañamiento perfecto para el almuerzo. En ninguna parte del mundo las hacen como algunos países latinos.
Hablar español
Nadie puede negar que el español es un idioma hermoso y rico en palabras para expresar un sentimiento. Lejos de casa lo que más extrañan los latinos es el sonido de su dulce lengua. Buscan cualquier oportunidad para meter una palabra en español en las conversaciones. Las llamadas telefónicas con la familia y amigos son un alivio para las cuerdas vocales, que por fin pueden realizar los sonidos conocidos.
Servicio al cliente
Además de la hospitalidad, los latinos tienen un servicio al cliente, en la mayoría de lugares, impecable. Es de mala educación en un negocio no recibir a las personas con un “buenos días” y preguntar, a veces hasta de más, si se necesita ayuda. Los cajeros y dependientes atienden con una sonrisa y amabilidad que hace que los compradores se sientan bien.
La familia
De todas las cosas, tal vez, la familia es lo que más extraña un latino lejos de casa. Los lazos que se crean son muy profundos y muchas veces la familia es también el proveedor de trabajo, eventos sociales y amistades. Es común que las familias latinas sean grandes por lo que se acostumbran a siempre tener gente que quieren a su alrededor. En otro país la vida es más solitaria, cada quien se mueve a su propio ritmo.
La música, las fiestas, el ruido de las calles, el clima y las costumbres son otras de las cosas que los latinos extrañan fuera de sus países. El lugar que los vio crecer siempre tendrá un lugar especial es su corazón y es por esto que les es tan difícil soltar todos los recuerdos. Los latinos tienen un sabor y calor especial en la sangre que es difícil de reproducir por lo que lejos de casa se buscan unos a otros y forman comunidades para recordar aquello que extrañan.