Las termitas puede que apenas midan un centímetro, pero construyeron una red subterránea de túneles cuyas excavaciones dejaron 200 millones de montículos de tierra sobre la superficie en Brasil.
Algunas de estas pequeñas pirámides son tan antiguas como las egipcias. Los científicos pretenden encontrar a la reina de esta colosal colonia; pues se considera que estos laboriosos insectos son artífices de la mayor obra de construcción creada por especie animal alguna, descubierta hasta la fecha.
La colonia se extiende por un territorio similar al ocupado por Gran Bretaña. Para sorpresa de los investigadores, los montículos están formados de un material muy duro parecido a la cerámica y pueden medir unos tres metros de alto y nueve de diámetro.
El equipo de biólogos está encabezado por el brasileño Roy Funch, quien ha reunido a un grupo de profesionales de universidades de Inglaterra, Estados Unidos y de Brasil.
Tras siete largos años, la investigación ha sido publicada esta semana en la revista científica Current Biology. No obstante, los estudios sobre esta inmensa ciudad subterránea apenas acaban de comenzar y se prevé que durará algunos años más.
El próximo objetivo que se han trazado es buscar a la reina de esta ciclópea comunidad: “Sabemos que hay una, pero nunca nadie la ha visto, y es muy importante porque si llegamos a la casa de la reina, entenderemos mucho mejor el sistema que han desarrollado”. declaró Funch,
Los montículos estudiados y catalogados hasta ahora tienen casi las mismas características y están dispuestos en patrones geométricamente regulares. Cada montículo se encuentra a 20 metros de los otros. Su disposición es tan regular que desde el aire se asemeja a “tablero de ajedrez”, según expresó el académico.
El profesor Fuch declaró que la razón por la cual esta colonia no se había descubierto antes radica en que se trata de una región pobre “que nunca había interesado a nadie” y que además ha estado cubierta por una vegetación selvática muy densa que ha sido deforestada en las últimas décadas.
Los residentes de esta zona al sur del estado de Bahía tampoco se habían fijado en esta maravilla biológica por la sencilla razón de que siempre estuvieron allí: “Las habían aceptado como parte del paisaje como si la tierra fuera así”, dijo el biólogo y coautor del estudio.
El volumen total de la tierra excavada para la construcción de estas “formaciones fantásticas” equivale a 4.000 pirámides de Giza y son tan antiguas como ella, unos 4.000. Es insólito como estos montículos hayan podido sobrevivir con éxito tanto tiempo.
Lo poco que se sabe sobre esta especie de termitas, Syntermes dirus, es que son extremadamente sensibles a la sequedad y el sol, amén de que tienen muchos depredadores naturales por lo que la monstruosa construcción subterránea es un monumento a la supervivencia en un ecosistema hostil.
“Es como si alguien tuviera tantos ladrones y asesinos en su calle que su única alternativa fuera construir un túnel desde su casa hasta el supermercado, directamente”, explica Roy Funch, “Las termitas sólo abandonan los montículos por unos instantes en la noche para buscar comida.”
Funch confesó que las investigaciones no han aclarado mucho sobre estos tímidos animales y que aún precisan de más medios técnicos para explorar adecuadamente la red de túneles.
Las cámaras de fibra óptica usadas por el equipo de investigadores apenas les han permitido llegar a una profundidad de cinco metros. Los académicos sospechan que apenas han rozado la punta del iceberg y que la profundidad, longitud e intercomunicación de los túneles es mucho mayor a los cálculos previamente realizados.