Los estudiosos del lenguaje se han puesto de acuerdo en que la palabra más internacionalmente reconocida, aceptada y utilizada es O.K. (Ok u Okey) Se calcula que esta palabra de aceptación, afirmación y acuerdo es usada vez por segundo a nivel global. Está presente en más de 600 lenguas y docenas de dialectos. Es una abreviatura sin fronteras geográficas, culturales, idiomáticas ni religiosas. Incluso fue pronunciada en la superficie lunar, cuando en 1969, Buzz Aldrin y Neil Armstrong confirmaron a la base de Houston que el módulo “Eagle” del cohete Apolo 11 había alunizado.
Esta palabra tan popular tiene diversas variaciones y adaptaciones: «Okey», «okei makey», «okidoki», «okis», etc. Toda persona que habla español (castellano) ha utilizado alguna de estas expresiones en alguna oportunidad y seguramente también la haya escrito en un mensaje o al usar Whatsapp. Lo cierto es que esta expresión es una especie de comodín que se adapta y sirve para casi todo. Se puede usar para expresar concordancia, pero también para no dar mayores explicaciones o para cortar una conversación incómoda; incluso como respuesta a alguien que se despide: ¡Nos vemos! – ¡OK!. No obstante, su significado más común «todo bien».
El lingüista norteamericano y docente de la Universidad de Columbia, Allen Walker Read, se dedicó a encontrar el verdadero origen de la abreviatura. Durante su investigación examinó documentos, hemerotecas y textos antiguos hasta que logró encontrar una explicación plausible e históricamente respaldada, para eliminar hipótesis y mitos populares sobre el génesis de la palabra en cuestión.
Allen descubrió que, a principios del siglo XIX, los jóvenes intelectuales de Boston usaron un código humorístico de frases abreviadas con errores ortográficos premeditados; como por ejemplo «KC» para decir «knuff ced», «KY» para «know yuse» o «OW» para «oll wright». La mayoría de ellos pasaron de moda y desaparecieron por completo, pero «OK» o «oll korrect» (all correct – todo correcto) persistió a lo largo de los años.
Mucho tiempo después, Martin Van Buren, presidente estadounidense que buscaba su reelección en los comicios de 1840, lo usó la abreviatura en su estrategia de campaña. Su apodo, «Old Kinderhook», en referencia al lugar en el que nació, estaba hecha a la medida para que el viejo «OK» renaciera como un slogan. Van Buren aprovechó el posible doble significado coincidente de sus iniciales y la afirmación.
La estrategia fue todo un fracaso: el político fue derrotado por William Henry Harrison; pero la expresión se popularizó. Van Buren nunca pensó es que se convertiría en el principal promotor de una expresión que con los años llegaría a convertirse en el americanismo más extendido y usado de todos los tiempos.