Saúl Álvarez, mejor conocido en todo el mundo por su apodo “Canelo”, ha tenido una escalada al éxito que en muy poco tiempo lo situó entre las mayores estrellas del boxeo del mundo. Como el de muchos boxeadores, su origen es humilde, pero a diferencia de otras personalidades del deporte, él sigue manteniendo la impronta de sus raíces aún durante una entrevista para la revista Forbes, que hoy lo sitúa entre la lista de milennials mejor pagados del mundo.
Sí, los tiempos han cambiado para todos, y muchas cosas que antes la gente daba por sentado, como la estabilidad laboral, un sueldo que alcance para subsistir y darse algunos gustos, hoy no están garantizadas por nada. Los jóvenes sufren mucho estrés tratando de estirar sus sueldos hasta fin de mes y las nuevas políticas laborales permiten que se los deje en la calle cuando al patrón se le ocurra. Y una vez en la calle, encontrar un nuevo trabajo no es nada fácil.
Pero para aquellos que saben labrarse un camino hacia el éxito, la recompensa puede ser muy jugosa, y para quienes lo logran, la revista Forbes, que todos los años reúne un listado de los 30 millennials más ricos del mundo (siempre menores de 30 años).
Muchas grandes personalidades han pasado por las páginas de esta revista y esta vez le tocó al boxeador mexicano “Canelo” Álvarez, que este año aumentó su fortuna a 44,5 millones de dólares. Actualmente es uno de los deportistas mejor pagados del mundo y si sigue por esta ruta, pronto será el boxeador mejor pagado.
Pero lo que sorprendió a la revista Forbes cuando llegó al hogar del boxeador que compartirá un puesto entre Ed Sheeran y Kylie Jenner, fue la humildad y la modestia, tanto en su personalidad, como en su modo de vida. Si bien, se da sus lujos, tiene una gran disciplina y consciencia de lo que cuesta ganarse. Él mismo explicó:
“No lo hice por el dinero. Éste llegó solo; viene de la mano, y es algo de lo que buscas, ese patrimonio para tus hijos y para ti, para vivir bien. Nadie me asesora; yo lo hago solo. Mi papá me enseñó el valor del ahorro. Gasto en lo que tengo que gastar. No escatimo en mis viajes o ropa porque al final te vas sin nada. Me gusta lo bueno; aprendí con el paso del tiempo, porque yo nací sin nada”.